La vida no nos castiga.
Nuestra propia alma, llena de conocimiento,
en los períodos entre vidas,
escoge unas experiencias para cada encarnación
y lo hace con el criterio
y el firme propósito de obtener un aprendizaje.
El secreto de todas nuestras vidas
es detectar
qué deseaba nuestra alma
antes de planificar estas vidas tan complejas que nos toca vivir.
Nuestras reflexiones, meditaciones e interiorización
deben dirigirse hacia
descubrir estos propósitos de nuestra alma
y aplicar la sabiduría que de ellos se derivan.
Conocer estos aprendizajes implícitos
en nuestras circunstancias de Vida
nos permiten adquirir su correspondiente Sabiduría
y nos liberan de esa experiencia...
abriéndonos paso hacia el siguiente aprendizaje...
y escalón evolutivo
como individuos y como colectivo.
Fuente: LuXVitae
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